- SOLDADURAS -
Ahora ya puedes rematar la zona colocando el revestimiento cerámico. Para ello, realiza las operaciones que se describen a continuación:
Después de colocar toda la cerámica y respetar 24 horas de secado, realiza el rejuntado de las baldosas en la pared y en el suelo. Utiliza un mortero coloreado para juntas de 2 a 15 mm y sigue estos pasos:
- Las superficies que vas a soldar deben estar limpias. Utiliza el estropajo metálico para limpiar los tubos por su cara exterior y el manguito de unión por su parte interior.
- Desmonta los manguitos y los ramales y aplica decapante para soldar en todos los encuentros.
- Introduce los ramales en los manguitos y éstos a su vez en los tubos. Cálzalos con cuñas para impedir su movimiento.
- Calienta con el soplete las piezas que vas a soldar hasta que hayan alcanzado la temperatura necesaria. La temperatura para que se produzca la fusión del estaño se alcanza cuando el cobre adquiere un tono rojo cereza.
- Aparta la llama y aplica el estaño-plata. Éste se fundirá y correrá por la unión penetrando por capilaridad entre las piezas encajadas. Si los ramales que has desmontado están deteriorados, tendrás que preparar unos ramales nuevos realizados con las mismas piezas: un codo soldar/roscar de 1/2, un manguito y un trocito de tubo de cobre. A continuación, suéldalos con el mismo procedimiento que se acaba de describir.
- Una vez que has terminado con la instalación de las tuberías, debes forrarlas con tubo flexible de polipropileno para protegerlas del contacto directo de los materiales como el yeso o el cemento que vas a utilizar cuando coloques el revestimiento cerámico.
- Prepara pasta de yeso y coloca unos pegotes para fijar los tubos a la pared. Calza los tubos con cuñas para que no se muevan mientras realizas esta operación.
Ahora ya puedes rematar la zona colocando el revestimiento cerámico. Para ello, realiza las operaciones que se describen a continuación:
- Comprueba que los pegotes de mortero que sujetaban las baldosas que has quitado están suficientement e sujetos a los ladrillos del tabique. Si es así, rellena los huecos que han podido quedar entre ellos, normalmente en el encuentro entre las piezas cerámicas y sobre todo en las esquinas.
- Prepara mortero con arena de río y cemento, o utiliza uno preparado, para rellenar los huecos. Aplícalo con una paleta y déjalo a nivel con la ayuda de una llana. Una vez que hayas rematado todas las paredes y cubierto los ladrillos que quedan debajo del plato con el mortero, deja secar el conjunto un mínimo de 48 horas.
- Una vez que se haya secado el conjunto, prepara el mortero cola para pegar las baldosas. Vierte agua en una gaveta y espolvorea el producto hasta enrasarlo. Bátelo con un taladro provisto de mezclador hasta conseguir una pasta homogénea y espera unos 5 minutos antes de aplicarlo.
- Extiende el mortero cola con una llana dentada en surcos horizontales.
- Comienza a alicatar de arriba hacia abajo. Cuando llegues al borde de la ducha tendrás que cortar las piezas a la medida del hueco que quede.
- Utiliza crucetas de plástico para mantener las juntas entre baldosas y no olvides respetar una junta también en el encuentro de las baldosas con el plato. Ayúdate con reglas metálicas que sujeten la cerámica mientras alicatas. Una vez colocadas las baldosas en la pared, tienes que pegar las del suelo. Normalmente, te vas a encontrar con un desnivel importante.
- Utiliza arena de miga para hacer la primera capa de relleno. Esta arena queda más apelmazada y contiene menor volumen de agua que la arena de río. Extiéndela con una llana y procura que la capa tenga el mismo espesor en toda su extensión. La arena debe cubrirlo todo, hasta llegar al perímetro de la ducha.
- A continuación prepara mortero y viértelo encima del lecho de arena. Este mortero constituye la capa de compresión que debe ser de unos 3 cm. Calcula a qué altura por debajo del suelo terminado debe quedar esta capa. Para ello, súmale 1 cm al grosor de la baldosa. Este centímetro te servirá para colocar el adhesivo y corregir pequeños desniveles.
- Una vez que el mortero ha fraguado, pega las baldosas con el adhesivo adecuado al tipo de cerámica que vas a instalar.
- Recorta las piezas con la cortadora de cerámica cuando llegues al borde del plato. Es importante q u e mantengas una junta de 1 cm entre el último remate de baldosa y los ladrillos que sirven de soporte al plato.
- Por último, coloca con mortero las piezas cerámicas que van debajo de los faldones del plato.
Después de colocar toda la cerámica y respetar 24 horas de secado, realiza el rejuntado de las baldosas en la pared y en el suelo. Utiliza un mortero coloreado para juntas de 2 a 15 mm y sigue estos pasos:
- Prepara un mortero que no sea muy líquido, para que no pierda consistencia, ni muy espeso, para que lo puedas aplicar sin dificultad. Si utilizas el taladro provisto con el mezclador para batirlo, evitarás la formación de grumos.
- Aplica el producto sobre las juntas con una llana de goma, presionando hasta conseguir que estén completamente rellenas.
- En cuanto el mortero empiece a endurecer, repasa las juntas con un llaguero para conseguir un mejor acabado. Habitualmente, la grifería viene provista de unas excéntricas, que son las conexiones que tienes que colocar sobre las tomas de agua.
- Coloca las excéntricas, presenta el grifo y nivélalo.
- Cuando lo tengas a nivel, marca las referencias correspondientes sobre las excéntricas y su posición sobre la pared.
- Desmonta el conjunto y enrolla teflón en la rosca de las excéntricas que entran en las tomas.
- Enrosca las excéntricas en las tomas hasta que las marcas coincidan.
- Monta la grifería, fija el soporte del mango de la ducha y abre la llave de paso.
Continuación...
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